lunes, 18 de mayo de 2020


20 de mayo

Hacia un mundo mejor (Leer)

Dios quiere que todas las personas actúen movidas por el amor a Él y al prójimo.
Juan Pablo II así lo entendió cuando perdonó al hombre que había intentado asesinarlo.

Un gran gesto de amor

El 13 de mayo de 1981, el papa Juan Pablo II recibió varios disparos en la plaza de San Pedro de Roma. El autor del atentado, Alí Agca, fue inmediatamente apresado y, poco después, la justicia italiana lo condenó a cadena perpetua.
Desde el hospital, el papa pidió a los cristianos que rezaran por su hermano Agca. Más tarde, cuando ya estuvo totalmente recuperado de sus graves heridas, Juan Pablo II fue a visitarlo a la cárcel, le ofreció su perdón y pidió a las autoridades que lo liberaran. Durante su estancia en prisión, el papa estuvo en contacto con la familia de Alí Agca y llegó a entablar amistad con todos ellos.

En abril de 2005, durante la enfermedad que causó la muerte a Juan Pablo II, Agca rezaba desde su celda por la mejoría del papa. Cuando finalmente murió, Agca declaró: «He perdido al papa, mi hermano espiritual. Me uno al dolor de mi pueblo cristiano  católico».

Contesta estas preguntas:

1. Reflexiona sobre este testimonio.

 ¿Qué consecuencias tuvo la actuación de Alí Agca en la plaza de San Pedro?

 ¿Por qué crees que Juan Pablo II perdonó al hombre que le había disparado?

 ¿Crees que la relación con el papa cambió la vida de Agca? Explica.

2. Piensa en estas situaciones y explica qué consecuencias tuvo tu actuación en cada caso.

Una ocasión en la que mentiste y otra en la que dijiste la verdad.
Una ocasión en la que cogiste algo que no era tuyo y otra en la que prestaste tus cosas.
Una ocasión en la que desobedeciste a tus padres y otra en la que hiciste lo que te pidieron.

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